martes, 27 de octubre de 2009

Obseción de rutina

Pienso en ti, como pienso en el diván de la casa de Raúl, algo oscuro, mal oliente y tenebroso, pero suficientemente pequeño como para hacer el amor y enclaustar los gritos en el crujir de la madera. Ó el viaje a los montes donde hicimos el amor cinco veces en el coche.
Viendo los libros en la mesa, ó aprendiendo a cocinar plátano macho con cajeta y crema como me enseñó Rosi, ó Chavela cantando la noche de mi amor. Todo tiene se péndulo y su resquicio que me entrega a ti sin que me de cuenta.
Limpiando la cafetera blanquisíma de las manchas del café para luego abrazar la jarra con las manos y sentir como me quema ese aroma que me provoca tanto como tus golpecitos intentando malamente masajearme la espalda.
Todo me libera, me sobre enciende, me retira de la rutina de decirle a mis perros que guarden silencio y que no molesten a los vecinos, me despide de la tercera taza de café momentaneamente para encender el cigarrillo del ayuno.
Me obligo a pensar en tu cuerpo desnudo,en tu apariencia atemporal, en tus muslos blancos, y tu abdomen ligeramente asimétrico a comparación del mío, en tu piel vergonzosamente blanca y carente de vello. Pienso en tu pecho fuerte, en tus axilas, en tu brazos de cuchillo y en tu cuello de cactus, en tu rostro alumbrado por tus dientes y en tu sonrisa mercuriana. En tu tatuaje de horse shoe en el tobillo, y en los dedos puntiagudos y más grandes que los mios, en las inmediatas huellas de dolor purpura que te hice gracias a mi egoísmo y mi lujuria.
Sólo lo recuerdo. Después regreso a mi cafecito obscuro, a la mañana perfectamente fría, a mirar por la ventana el sol que tambalea sobre los niños que caminan a la escuela...
Me rio. -Tan desgraciadamente temprano luego de tres horas de sueño y yo acordándome de tu cuerpo desnudo sin reservas frente a mi en la habitación de un hotel lujoso-...
Me voy. Sigo recordando, yo llevaba unos briefs negros que me regalo Raúl en mi cumpleaños, me los puse intencionalmente, sabia que mi cuerpo tomaba una figura de guerrero con ellos puestos.
Me acuerdo que me sentía halagado, me mirabas y me decías que en tu vida habías visto un color de piel tan a tono con la tarde que se tornaba nocturna y que nada era mejor que comparar dos castas en la cama con adquisición de besos y caricias... Algo de salvajismo por la desesperación de comprobar nuestros colores, nuestros calores y nuestras respiraciones pero todo bajo el control de tus miradas y tu gestos para rendirme un tanto estúpido y obediente.
Pedías algo entre susurros y yo no te entendía, querías que te besara las manos como mejor recuerdo, que besara tus dedos... Me causaba gracia, me sentía en película porno, luego me lo explicaste por teléfono, querías tener esa sensación para cuando te tocaras solo, poder recordarme más firme y no naufragar, así lo dijiste. Y así lo tome, de inmediato, pensé. Para que quieres la semblanza? que no me vas a tener siempre? (auto formulación idiota)... No. Si ya tú lo confirmaste y me parecía suficiente.
No dije nada, y cuando estaba decidido ya te habías ido. Tu sin palabras y y con todas las que parí una de las noches de nuestros encuentros.
Vuelvo. Habrán pasado algunos veinte minutos y vaya que me duelen las piernas por estar parado en la cocina como en la fila para pagar el teléfono... Me cago de risa, realizo la actividad de dedicarme un pendejo por intentar poetisar un fragmento de mi pasado que sí delicioso también doloroso de a madres. Tan fácil que como decir que viví las mejores cogidas de mi vida acompañadas de unas mentiras espantosamente ricas como fuente de aprendizaje. Claro añadiendo una merma de amor y deseo a primera vista, ocacionada por un call center (y obvio), la responsabilidad francamente mía por jugar al jotito enamorado. Y no lo digo por resentido, este cafecito de ña ña ña ña (local), y este cigarrito y mis pies denudos en el suelo son testigos de mi amable auto comprensión sin necesidad de llorar una vez más (ó quien sabe) un recuerdo de hace ya tres años que me sigue oprimiendo la capacidad de mandar a chingar a su madre todo y ser elocuentemente lo que siempre he sido... Just an ordinary guy with nothing to loose

``Quiero la alegría de un barco volviendo y mil campanas de gloria cayendo para brindar la noche de mi amor... Aaay quiero un querer tan intenso y profundo, y también todo lo hermoso del mundo, para brindar la noche de mi amor´´.

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