martes, 13 de octubre de 2009

Idilio frágil

Fui a casa de Mayré por que me invito a cenar, pasta y mariscos en tabla de cedro con aceite de olivo. Me lo había prometido hace días, yo me resistía por que soy malo para el francés y ella malisima para el español y el ingles lo tiene aborrecido.
El propósito de invitarme a su casa, a parte de presumir su magia en la cocina también era para según sus palabras hacerme sentir mejor.... Mejor? vaya que tenia muchos significados.
Eso no es lo importante (relevancia=Vergüenza), Si no que después de la subyugante cena con besos y roces incluidos yo en mi messenger bag traía el soundtrack de ``A book of hours´´. El cual (y según yo) para liberar tensión le pedi permiso para reproducirlo en su art deco radio. Ella accedió con recelo, pero accedió con su mirada encaminada a hacerme feliz.
Escuchábamos entre pausas mientras yo trataba de traducir las letras, hasta que llego un momento en el que los dos hicimos un silencio absoluto, estábamos casi paralizados de no ser por nuestro jugueteo mano-mano, caricia-caricia.
-Por qué la muchacha es una propiedad en ruinas? Me dijo.
-Por que que vivió soñando despierta según el contexto de la canción.
Sueña con huir, pero donde esta el príncipe que trepa el muro bordeado de vidrios, alambres, navajas...
Luego otro track donde se hablaba de una pintura. China-Cambuja.
Todas esas veces en los hombres pagaron por poner sus manos encima de su piel, sólo para ver que su carne se hacia todavía más blanca.
La mujer había encontrado su casta y como ella decía, su via crucis en la vida. Desde luego nos aterramos por las letras de los poema de Catherine Sasanov. Liliana a piano y voz desmenusaba la desgracia de aquella poesía. A pesar de que yo había escuchado esa producción antes, Mayré me contagio su angustia y su miedo. Yo arrepentido la abrace y acaricie su cabello. Ella me respondía estrechándose a lo que quedaba de mi cuerpo en el sofá.
Los nervios me hacían temblar, el miedo a avanzar en ese terreno me hacia pensar demasiadas cosas. Nunca había sido tan racional, para luego comportarme sin ella. (Risa de nervios).
Accedí, culpaba al sofá por ser tan cómodo, al perfume de Mayré por ser tan provocador, a mis hormonas por ser tan consecuentes, a la cena por delirante y a sus manos por tocar tan bien.
La música seguía, la voz estrepitante gritaba maldiciones poéticas a la injusticia y al cielo, y nosotros.... Nosotros gritábamos placeres poéticos al techo y a las paredes, sin culpa aparente pero si con un remordimiento que nos obligaba a restregarnos más el cuerpo de uno contra el otro....
Después, sufrir por vernos y no compartir. Después sufrir por recordar.

1 comentario:

  1. aww... tan poetico todo hehehe.. me gusta mucho... me relaja entrar a tu blog mientras leo lo que escribes las palabras de las canciones entran subliminalmente en mi mente hehehe o nose si mientras esucho la musica las palabras que escribes son las que entran sin darme cuenta lo que si se es que llego a un estado muuuy agradable!.. saludos!

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