miércoles, 22 de octubre de 2014

Escalera I

Y admito
que desde que
nos hicimos 
el amor
mi piel y hasta
mi ropa llevan
tu nombre,
sumándose
a este dolor 
que me cabe
en la razón
de no ser de ti
ni tu de mi,
porque 
desarmamos 
al amor
en el pasado
que nos hirió
de muerte
y jamás
pudimos
recuperarnos.

abrimos las puertas
del futuro
con dos besos
uno, por las bocas
que besaste
dos, por los ojos
que no besé,
los demás
fueron
solo 
excusas
para 
repensar
la noche.
No,
ni yo 
de ti
ni tú 
de mi.





martes, 14 de octubre de 2014

Aquí me quedo.

Y es que anoche me abriste el alma
con tu espada y la llenaste de flores,
que al abrazarte propicié otro jardín
donde querernos nos vale el mayor triunfo.

Resuelves todos mis silencios
con el canto de tus ojos destapando 
en los míos este bello optimismo que
me obliga a sujetarme a tu espalda hasta
que llegue el invierno,
guardándome los versos que hace tu piel
unida a la mía,
provocándole a la noche un incendio que
que crece con tu -Aquí me quedo-.

Resbalas por mi torso como si un río de amor 
te arrastrara hacia la salvación,
jugando con mis suspiros y mis monosílabos,
con todo lo que tengo que se suma al ímpetu
de tus manos por descifrar la caricia que sigue,
la posición exacta de tus circunstancias y las mías
y todas la veces que nos hemos pedido no acabar.

todas la veces en que despidiéndonos del tiempo
lo único que nos sobra es esta complicidad armada
de orgasmos convertidos en sonrisas y de alguna 
lágrima que llora por el temor a extraviarnos,
pero una vez más -Que bello es este optimismo-.
que bien se siente declararle al mundo que nosotros 
ya le declaramos la paz a todo lo que existe para 
que entonces cuando hagamos el amor,
se lo hagamos también al mundo.


miércoles, 8 de octubre de 2014

Ya no llueve.

Quería quedarme con toda la humedad de tu cuerpo
para cuando me vinieran las ganas de llorar
mis lágrimas fueran también de ti
resbalando por mis mejillas 
una tragedia convertida en besos,
anunciando con mi tristeza
que mi nostalgia
te necesitaba
como yo 
te necesitaba,
que me era necesario saberte inundándome las caricias,
mojando mis cicatrices para poder ser yo alguien que amo
y entonces salvarme
-Aunque esto no sea más que otra mentira-.

Cuando te fuiste sin excusas para volver
recordé la lluvia de tu frente
que una vez cayó sobre la mía,
intentando crear un manantial
para sumergirme tan dentro
como la tarde en que tú
te sumergiste
tan dentro de mi,
trazando en los puntos de luz una razón para respirar
y no morir ahogado en los restos de tus equivocaciones
o las mías, que nos empujaron a perdernos entre las aguas
de dos ríos que nunca pudieron llevar el mismo caudal.

No importa cuantas tormentas se atraviesen a la par
de cuando te llame ``mi amor´´, sabré defenderme
hasta que la frase termine volviéndose el eco de
un relámpago o de un recuerdo,
volveré remando a mis brazos
sabiendo que por fin era yo
quien me amaba;
mi casa sigo siendo yo,
porque mi balsa sigo
siendo yo,
porque sé
que quien
sobrevive
soy
yo.






sábado, 4 de octubre de 2014

Ya para entones habré ganado la guerra

Ya para entonces habré ganado la guerra.
-Aquí, donde he sabido abandonar a la muerte-.

Para entonces saber 
que soy yo quien he peleado
conmigo mismo encontrando 
trincheras impenetrables,
rencores que no son míos, 
amaneceres donde no están
ni tú ni los besos como juramento de un ``para siempre´´,
que habrán de conseguirme una victoria
donde las flores apunten hacia el norte 
enumerando las balas que desperdicié
contra mi y contra todo lo que amo que eres tú
-Y tú, eres yo de alguna manera-.

Habré limpiado la sangre inocente que incluye la mía 
y reconstruiré el futuro tejiendo un sol para tibiar lo dolido;
la angustia de no tenerme,
las ansias de estar a tu lado abrazándote
para no tener que dejar el campo de batalla;
y comprender que quedarme 
es igual a huir
porque donde
vaya estás tú
y tú no llevas
armas.

Estaré perdonando silencios
para que nuestras bocas
recuperen la voz que antes eran
de flecha y lumbre 
que nos lastimaban 
sin la intención de acabar con todo,
y nosotros arqueros de venganza acabábamos
con la capacidad de abarcar lo que siempre 
habíamos sido,
el amor hecho montaña,
la pasión escrita en tu pecho,
la ternura trabada entre mis piernas,
mi cuerpo encima del tuyo escribiendo
una mentira por orgasmo 
o un orgasmo 
por mentira.

Así, describiendo hechos, 
alimentando excusas,
contando historias en las
 que tu triunfo también
signifique el mio,
-Aunque yo tenga 
que limpiar mis 
heridas con tu 
saliva que ya no me pertenece-.
Iré recolectando una a una tus ausencias,
pisando muertos que no amamos y
apilando mis desgracias hermosas
junto a cualquier lamento que se incluya 
en este descenso,
el abismo
incierto
que nos
representa,
donde yo 
a diferencia de ti
aún me siento
capaz 
de 
dispararle
al olvido.