lunes, 19 de octubre de 2009

Dormí supongo

Ocho tazas de café, cinco visitas al baño, apróximadamente cuatro horas de música, tres de ellas con Gal Costa y una con Patsy Cline... (creo que por mi parte el Bossa y el country no se llevan tan mal). Diez cigarrillos con mentolado extremo, setenta y dos páginas de Rayuela revisadas y releídas con quizás más de treinta palabras y textitos subrayados. Luego, una hora de profunda siesta la cual incluyó un sueño con Arturo de Córdoba y un estudio de grabación a la XEW de los años cuarentas....
Despierto y descubro que ya no tengo cigarros, tengo hambre pero el consomé no esta en posición de calentarse por si solo, no quiero prender mi lap, y me siento en la cama con los pies hacia fuera mirándome al espejo y jugando con la sombra que da mi lampara de lectura entre mi rostro y la penumbra. Sonrío, hago gestos de técnicas que aprendí de madame Luivell en drama scene class, malisimas (interpretadas por mi obvio), ridículas, fársicas y sobre actuadas pero estoy en mi momento cumbre, casi por derramar una lágrima de mi ojo derecho, ``on quarter´´ como diría Madame Luivell. Timbra mi celular (salgo de mi propia escena) unknown number y contesto por inercia... Escucho su voz, un ``hola´´, un ``aló´´, no recuerdo bien.
-You, again? please fuck off-. Cuelgo. Apago el celular, me quedo quieto y la escena no vuelve jamás.
Vuelvo en sí, después de algunos diez minutos... Me pongo de pie, siento adormecido el cuerpo, mi necesidad de más café. Ignoro el consomé, la laptop y la falta de cigarrillos, -El porro nunca me desampara- Pienso. Y abrazo la cafetera con las manos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Diga Usted.