viernes, 30 de octubre de 2009

Intermitencia

Está noche ó lo que queda de ella te vi tus manos por primera vez, algo a lo que nunca le había puesto atención. Tu no me interesas en lo mas mínimo, y no sé por que te regale mi atención.
Sin embargo al instante de mirarlas me llene de rabia. Pensaba, en como era posible que tus manos tan absurdas tocaran algo tan sublime. No lo podía explicar y me llenaba los ojos de un odio hacia ti, encaminado en envidia.
Un rostro tan perfeccionado al buen destino tenia que ser tocado por la suciedad de unas mentiras llenas de pasión... _____Quien soy yo para juzgar?
Sólo puedo evocar lo intangible, lo no enfrentado, lo que no se puede ni siquiera mirar.
-Me resigno.-
Lloro y me lastimo de repente entre mis palabras mal interpretadas.
Yo qué?... Que soy de mi sin eso que me llama el torrente de la sangre aventurada?
Por qué evado el ciclo de la muerte y su placer intermitente... Quien soy yo? (de nuevo).
Por qué me hago en mi un ser que vive los momentos de un pasado que nunca vivió.
Todo eso lo provocan unas manos que a primera vista me causaron repulsión.
Y ahora me duele el pecho expansible de emociones lucidas y nórdicas por haber mal entendido la interpretación de un rostro que una vez me miro y se alejó para siempre de mi circunferencia. -Me confundí.-
Me duele, me duelo, me aborrezco, me detesto y me amo en una bipolaridad de un mordisco provocado por el sediento placer de sufrir un tierno corazón desentendido.
-Ya termine-.
Me alejo y cierro las cortinas del espacio tortuoso de un sabor a licor maligno.
Me alejo y cobijo mis manos con el vapor de mis rezos vocalizados.
-Ya termine-.

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