viernes, 16 de octubre de 2009

El que cree que se da cuenta

Descubrí (estúpidamente), que mis actividades de tertulia, las cuales incluyen: Alcohol, cigarrillos, cigarrillos,alcohol, música y buena compascompañia alejan de mi atormentado pero bien formando cráneo toda pista y/o migajas de este increíble pensamiento que estoy atravesando como con una espada en este preciso momento.Viene con él, una ansiedad provocadora la cual incluye: Insomnio, ganas de fumar, falta de apetito, espasmos corporales, violencia musical (autoinflingida) y todo desde luego con una dosificación de realidad que llega a sobre dosis aunque no lo parezca. Me formulo ya, la misma pregunta de hace treinta días. Duele? -No, no sé. No sé, lo sueño, lo pronuncio, lo escribo, lo despedazo en el nacimiento de la noche y no sucede nada. De pronto obtengo como respuesta una soledad sórdida, absoluta, envidiosa y misteriosa que no me dice que es lo quiere exactamente.Lo que yo quiero es disipar la mala aventura de pensar, de seguir en el puto pozo.De bostezar y mover las piernas por no dormir y querer soñar despierto para intentar soñar lo mismo dormido. Lo que quiero también es dejar de mirar mi bello rostro en el espejo para ensuciarlo con las palabras que pronuncio mientras se clavan en mi frente las malditas espinas de la cotidianeidad.

Zambra.... Quitate de la ventana por que voy a suspirar, mis suspiros son de fuego y te pueden abrazar. Qué quieres de mi? Si hasta el agua que yo bebo te la tengo que pedir.

Mi tarea durante estos episodios de (no se como llamarlos) digamos surrealismo integro poco mágico pero si muy delirante... Es investigar que es lo que vergas puñeteras sucede conmigo y por que coños me comporto de la caguengue manera en la que lo hago, por una mierdera y chabacana situación que paso hace ya un chingo de tiempo... Punto y san se acabo.

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