viernes, 23 de agosto de 2013

Fuego I

Nomas me termino este cigarro y me detengo.
Era la llama de una vela que amenzada por el viento se movía y tambaleaba y tronaba inquieta ante la desazón de desaparecer, la de apagarse, la de morir, la de renacer, la de no ser quien en principio era.
Por primera vez analizaba su futuro y brillaba avivándose a cada instante mas y mas porque le aterraba la idea de morir, y ella definitivamente no quería morir la idea en si le parecía estúpida. -Quien quiere abandonar el fuego?-. No, el fuego provocador de llanto hecho cera se aferra a las leyes de su propia esencia, de negarse a la infortunio de una carcajada de la muerte.
La vela firme no habla porque no tiene vida, es sólo un conductor inerte que en su ternura estática da lugar a quien se gana la corona de luz amarilla, roja y azul, la que quema con su baile, la que lastima para advertirnos del peligro de encendernos el alma, la que a veces no dice nada, la que huyendo lo destruye todo, la ausencia de la claridad, la claridad de las catástrofes.
Esta luz que emana en vano sigue luchando, el viento ha tomado tremenda determinación en acabar con ella, en romper el mito del fuego eterno y la luz eterna, su único objetivo se basa en sus propia ley, la de levantar de cenizas y lanzarlas por el cielo, la de desenterrar muertos y susurrar historias a desconocidos.
El viento sabe lo que quiere y en su magia tiene la virtud de llevarse lo que consta como añoranza y recuerdo, para luego convertirlo todo en nostalgia. 
   

miércoles, 21 de agosto de 2013

Creando imágenes

Por favor conserva esa mueca y déjala justo en tu rostro ahora  preparo la cámara de mi alma, levanto el flash y reviso si hay suficiente batería, no te muevas no hagas nada incluso sostén todo suspiro y aliento. Una toma dos tomas, tres tomas listo, ya puedes relajarte y huir de la fastidiosa rutina de llorar.
Revelar es el proceso mas duro, hay que entrar al cuarto oscuro del alma misma allí donde todo se acumula y se empalma recuerdo con recuerdo, pena con dolor, destrucción y desolación, añoranza con infamias, lágrimas con algunas sonrisas por demás fingidas. Entrar y no quedarte es el consejo mas importante como importante es procurar que la imagen ya nítida demuestre realidades inconclusas.
He practicado este arte y me considero un experto en fotografiar mi rostro frente al espejo en cualquiera de sus formas y emociones y lo que veo muchas veces me aterra al punto de destruirlo todo, pero la cámara fotográfica del alma es resistente a cualquier catástrofe incluso a la que yo mismo provoque, un terremoto emocional, un tsunami de sangre, una tormenta de locura. Nada puede con ella se vuelve un castigo.
He visto lo que pocas veces el espejo me susurra, la imagen a veces también espectralmente liquida no quiere decir nada, pero basta con orillarse a un trozo de luz para que comience a hablar y es justo en ese instante cuando me niego a escuchar, involuntariamente mis oídos se cierran y mi corazón se detiene ante el desastre ceremonial de lo que lleva mirar la imagen de mi pasado envuelta en la mas funesta de las historias.
Logro ver unos ojos cubiertos de lágrimas y restos de sueños, son los míos y los del universo, los ojos que los astros hace cientos de años fueron formando y moldeando para las dos cavidades absurdas de mi rostro, veo unos labios tiesos casi apretándose uno al otro quietos recordando besos ajenos y desconocidos.
Soy yo,  estoy plasmado y sacado de la paz de la nada. ¿Asustado? -Si-. Y envuelto en un misterio de agua y viento intentando reconocer mas lo que puede decir una fotografía que mi propio rostro haciendo gestos frente a un espejo sucio y viejo que no es mío pero ah! que yo si soy de él.
Son las tres dimensiones y yo me encuentro en la segunda, probablemente porque fue donde se me concedió el lugar para permanecer. Aquí me quedo, el destino ya fue claro y los flashes y las tomas han sido jueces. Aquí me quedo porque mi alma continuará capturando todo hasta quedar sin batería.