martes, 28 de febrero de 2012

A la inspiración

Casi incapaz de hablar mi boca deja un -No me abandones. La razón es muy simple, las lágrimas en los ojos lo dicen todo. No te vayas corazón idolatrado, mano verdadera, mano izquierda, sólo tu puedes sostener un cigarrillo y escribir al mismo tiempo sobre una hoja de papel sin causar una catástrofe o un accidente que no sea el de mis emociones rodando inquietas por mi habitación, sólo tu eres el icono perfecto de esta consagración tan mía que me hace crecer, que me empuja las penas para adentro y a veces para afuera. Pero sólo tu, quien invoca a mi cuerpo a deslizarse entre las conexiones del suelo y el cielo mientras danzo, mientras mi cuerpo ávido sin condenas pide llegar lejos y mas lejos para que el corazón lo cubra.
No me abandones, no me dejes, no te vayas. Aquí quédate conmigo que el tiempo es fácil y benevolente, quizás absurdo pero conserva su quietud. No te vayas, por que sobre la sombra de mi cuerpo se dibujan diez colores que únicamente se conciben a tu lado o cuando vas transformándolo todo penetrando en mi mirada mientras viajo en autobús, los árboles azules, el cielo dorado, la multitud sonriendo, los pájaros caminando, y me despego del pavimento con tu ayuda para volar quedito y serte siempre consciente y verdadero.
No te vayas.

lunes, 20 de febrero de 2012

Polvo Infinito

Ser polvo infinito y pasear por los cabellos de la gente sin desintegrarme, ser tan sólo un visitante que susurra alguna palabra de amor y de esperanza al oído. Volar en la espiral del afortunado viento que libre se menea entre la copa de los árboles y que coqueto levanta faldas y aprieta las ropas de la gente.
 Ser materia diminuta, partículas fervientes de la vida y de los latidos de su propio corazón, brillar un poco y erizar la piel de quien triste camine por la calle. Limpiar mi propia tristeza, abrir el amplio camino de mis sueños y recorrerlo todo mirando azules y rojos, y amarillos y verdes, llenándome de todo.
Ser la fuerza casi invisible que dibuje sonrisas para poder pintar las mías y secar todo llanto para no convertirme en la triste arcilla de mi pasado que a veces duele, por que el dolor es inminente, las nostalgias suelen ser en ocaciones unos puños capaces de destruirlo todo a su paso... A las nostalgias hay que recibirlas con moderación por que pueden ser peligrosas. Yo me he preguntado si en aquella vida fui un simple trocito de arcilla que al borde del final a causa de tanto llanto el sol me rescató con su rayo incandescente.
Y vino el viento con su arrebato y ser polvo infinito para pasear por los cabellos de la gente sin desintegrarme.
Superar un dolor, una lágrima repleta de penas y angustias y vivir, volar, brillar