Loco de amor por los malos besos que me diste,
ingrato de la maldad desafiante de tus sensaciones.
Infinito de recuerdos, incesante, indispuesto y
desde el encierro, mutilación palpitante.
Desecho por el otoño indeciso de traiciones,
por el viento mal habido de los días.
Por que todo estaba escrito y yo así,
muerto por las almas intempestivas.
Fuera de aquí. Por que de ti no quiero ni la historia delirante de mis días. Fuera de aquí.
Ya no te quiero, ya no te quiero querer, ya no te quiero en el querer, ni por quererte, ni por que te quise. Ya ni amarte sería igual que quererte, queriendo no amarte para ser traicionado por el querer amarte.
Fuera de aquí, fuera de los vientos de mi vida, fuera de mis ansias de no verte ni tocarte.
Fuera de aquí, quiero odiarte para después sufrir por quererte.
Fuera de mi poesía ridícula, fuera de mis confusiones pesimamente escritas.
Fuera de aquí, quiero que te alejes.
Me voy pues viento bahiano, después te escribiré y te mantendré vivo entre mis recuerdos vagabundos. Ya clavando las espinas del cristo que fueron vivas especialmente para mi.
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