Me aleje, te vi cerrar la puerta rogando encontrar algo que habías perdido, yo me despedí deseando lo mismo. Ninguno de los dos nos atrevimos a hablar. Tú tenias una resaca fatal y yo estaba drogado.
Mi intención era seguir la lentitud de tus pasos y brillar contigo hasta el amanecer cantando lo que a ti te gusta. Más tu querías huir, viajar de noche con la cabeza hacia arriba haciendo aritmética con las estrellas y buscándole rumbos a las nubes. Aseguro que poco dormiste y que intentaste llorar con todo y tu orgullo.
Algo te pesa igual que a mi, somos tan iguales que nos interesan las mismas cosas y nos conmueven las mismas sensaciones, lloramos con la misma intensidad y se nos detiene el llanto con cualquier distracción.
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