jueves, 10 de diciembre de 2009

Doña Cata.

Hoy te moriste Catita.
La noticia de tu muerte me dejo sin habla y sin apetito, intente llorar por Marta tu hija, de inmediato pensé en ella y en tu nieto que crecerá sin tu semblanza.
Hice algunos gestos intentando recordarte y lograba de ello la imagen dura y dulce de tu rostro de maestra de primaria estricta y persuasiva.
Reías cuando Marta y yo comentabamos jococidades adolescentes y huías a tu habitación cuando comenzaban los susurros de alguna charla más privada.
Saludabas con la soltura de tu antiguo brazo nuestras caras después de medio día con tus nietos al lado, siempre sonriendo y mirando tu futuro enamorado de tus frutos.
Catita te decía mi mamá y las vecinas. Eras Catita la adorable y la intachable, la fuerte y la de hijos altos e independientes.
Que te acompañe el viento, como a una hoja y te cante una dulce música dulce para tu vuelo.....

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