domingo, 13 de diciembre de 2009

Confidencia

Caigo absuelto de la guerra en la que estoy. Sin patria ni horizonte posible, quedo herido y confundido____¨¨¨¨¨¨
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Pilar me dijo: ves eso que brilla en el cielo? es la luna y la luna no es como todos creen, es de piedra, y si la quieres morder te va a doler... Así es la realidad. Su comentario me resulto un tanto ordinario. Le encontré respuesta a mi modo. Aaahh... (lo descubrí).
Todo es parte del universo no?, él confabula con nosotros y nosotros distraidos confabulamos con él, como aparentando conocer la realidad y haciéndonos como que la vida nos da sorpresas.
A mi ya nada me sorprende, mis ojos desde atrás (el pasado) lo han visto todo, las fotografías quedadas en un cajón, las flores machucadas, los besos inquietos, las páginas olorosas y olvidadas. Todo y lo que pocas veces se ve en los inviernos.
La realidad me palpita en el pecho y me da las verdades ordenadas en suspiros.
Muy pocas veces desconozco mi sitio, sólo cuando me llaman las musas a pasear, y eso no sucede muy a menudo. Así que me dedico a oscurecer mi adentro con dignidad.
Me he vuelto mas envolvente, criticó con seguridad y cuando me miro por la casualidad de un espejo desbordo todos los defectos en mi.
Evito conversaciones, miradas, saludos. Me encierro en mi.
Me da la impresión de querer, pero antes del primer levantamiento regreso corriendo a mis propios brazos a llorar como cuando era pequeño.
Pinto mi destino y culpo a mis padres, a un que otro amigo que nunca volveré a ver, a Liliana, a Eugenia, a Gal. También a Pessoa, Sor Juana, Nervo, Garro, Paz y Rulfo que me gritan ignorante e incapaz pero de los cuales suplico amor sin condición ni genero.
Lloro mis conquistas y fracasos por igual, veo las mismas cosas y a diario les encuentro un sentido tan distinto que me aterra. También me contradigo.
Sonrío con cualquier tontería, abrazo a mi perro y lo obligo a estar conmigo cuando lo que quiere es es su independencia.
Me alimento no tan bien y me quejo de mi complexión, luego mi cabello cada día se desvanece más, mi rostro se maltrata y me obligo a verme bien para en caso de alguna emergencia.
Me miento soñando por las noches, abrazo una almohada al pecho y pongo otra entre mis rodillas para hacer equilibrio. Cuando despierto (despertar es lo peor), lo primero que hago es verme en el primer espejo y reconocer mi sueño... Me veo así, como soy, con la piel húmeda y tibia de la noche y los ojos intermitentes negandose a despertar. Con regularidad presiento la cotidaniedad, con frecuencia los malos días de las torturas de mis sueños y mi inútiles intentos por convertirme en un elefante con alas.
Siempre sin saber que hacer, indeciso y obsesivo, maricón, cínico, inevitablemente inquisidor.
Camino vagamente jugando al libre y al indiferente.
Me rio de mi y de los soles laterales que no hacen nada que quemar mi piel.

Soy yo, era yo y la luna... Era Roberto y yo, Jesse y yo, quizás Charle y yo... Eramos lo que yo que me imaginaba y vaya que dolía... Nunca los pude morder.
Era mi abuela Angela y yo, y mi papá y quizas mi mamá que aprieta los yugos....
Era la luna y yo negando los objetos de alquimia para no investigar el futuro.
Era la luna.... La que me declaro un campo enamorado bañado por su risa.

Buscarte sobre el campo enamorado,
buscarte en el silencio del suelo indiferente,
buscarte cuando tu sonrisa me encuentra
en el espejo empañado de los días.
Buscarte mientras crecen las ácidas mentiras,
en árboles cargados de rapiña.
Buscarte, buscarte, buscarte....
Buscarte entre los pliegues de sabanas intactas,
de almohadas destempladas cont tu ausencia.
Buscarte en los infiernos del Dante,
y en el amor de Paula y en los mates amargos.
Buscarte en el pasado que llega mañana,
en la noche infinita bajo la cruz del sur.
Y hallarte entre los hijos que te encuentran,
tan lejos y tan cerca eternamente.
Buscarte... Buscarte... Buscarte...

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