jueves, 14 de enero de 2010

rompecabezas.

Me recordaste a aquella canción que atormentaba a mi dejada adolescencia.
Un recuerdo al que le huía por doloroso y frágil, fácil de tomar por las orejas y manejable para moldearlo al punto exacto de encontrarme de nuevo casi niño y destruido por algunos tantos sueños inútiles.
Hoy tú si eres el culpable. Alguien en forma de coraje, de placer y furia envueltos en cortezas terrenales, nada fuera de lo común pero calador como el frío de mis mañanas en otro continente.
Maligno, inquieto... Qué podría decir yo de ti? Que no sea que me obligas a fumar y a embriagarme, a intoxicar mi cuerpo con mentiras y promesas que se vuelven irregularmente dulces.
No quiero quererte ni pensar en ti. No quiero esperar la noche para soñarte ni las mañanas para ver si estás ahí en el único maldito vinculo que me une a ti de una manera humillante.
Estoy tan enojado y tan molesto, como quizás unas veinte, cuarenta, sesenta yo que sé entradas y días antes que estos. Por que lo que quiero hacer es dejarte, molerte a golpes de odio y desentendimiento para no seguir así.
Hoy no quiero que vengas y no quiero ir. La discución de esta noche no fue contigo, tú sólo hablabas con la lengua apoyada por el ``Si´´, ``está bien´´, ``ok´´. Descubrí que discutía conmigo mismo al otro lado del teléfono, y el peor error fue haberme mirado al espejo deteniendo nuestra relación con una mano y nuestro futuro representado en un cigarrillo en la otra.
Comeme de una vez, abre la boca grande ó decidete mejor por no desperdiciar lo que tanto anhelan los que en verdad quieren amar sin limite de locura.
Si no vas a hacer nada, no reacciones, ya no haré nada, esta noche haré lo mismo de tantas que hice con otros y hasta conmigo.
Eliminare una estrella menos y partiré la constelación en dos para recoger lo mio, la uniré, la cerrare y la dejare brillar por donde ella quiera brillar.
Por ahora está noche se que me voy a deshacer también de mi y volvere a hacer algo igualmente estupido pero sin ti y sin los filos de tus pocas palabras.
Ya diré luego que te odio por que odiar es tan sano como amarte sin que tu me ames de la misma manera. No pido nada (reiterando).
Sólo por no dejar:
Y es que fueron, fueron tus abrazos,
que como sablazos me hicieron pedazos.
Afiladas, fueron tus miradas,
quede destrozada y en llanto inundada.
Roja y loca, la flama de tu boca,
me quemó, y apagarme me toca.
Empiezo una nueva vida,
un rompecabezas, que tendré que armar.
Bien lejos, lejos de su influjo,
de esa cruel fragancia que invadió mi ser.
De la maleza, surgieron tus promesas,
germinando tristeza en mi cabeza.
Tu bajeza, me tomo por sorpresa,
para lastimar, tienes mucha destreza.
Que delicia fueron tus caricias,
mala noticia, eran pura malicia.
Empiezo una nueva vida,
un rompecabezas, que tendré que armar.
Bien lejos, lejos de su influjo,
de esa extravagancia q torció mi fé.
Ya no quiero ir hacia usted corriendo,
ya no quiero mas gritar su nombre...
Bien lejos, lejos de su influjo,
de la casi muerte q fue su querer.

P.D. Y mañana te voy querer?

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