Una mujer fuera de este entorno tan monótono, ligera para que el viento la lleve a cualquier casa con señora floja y escoba dispuesta a que ella barra las banquetas al son de de las partículas de tierra, hojas muertas y y cerdas de diferentes texturas.
Años a atrás la mujer me asustaba por su actitud desafiante y sus ojos desesperados, discutía con la nada y luego enfurecidamente se limpiaba el sudor de la frente que se le confundía con el llanto. La habladurías de los vecinos dicen que extravió a su hija y por eso fue que enloqueció dejándolo todo para vagar por las calles cobrando una decente cantidad de dinero por barrer las afueras de las casas... -Loca pero no pendeja. Escuche como mal comentario de alguien.
Los inviernos no la distraen de sus actividades, pantalonera bajo la falda, rebozos y gorritos exóticos y un café a manos de la generosidad de algún buen humano.
Con los calores se enciende y con el sol le brillan las doce mil canas y los ojos prismáticos de su llanto loco.
Hoy la vi pasar una vez mas, vagaba por una calle transitada, nada le importaba y logre escuchar como buscaba a alguien desesperada, luego regañaba entre dientes a la gente que la miraba incluyendome a mi. -Hola Lupita. La salude. -Hola Joven. Me dijo cambiando su rostro acalambrado de tanta ansiedad. Terminando la frase alzo en grito el nombre de una mujer que no me atrevo a pronunciar. Seguí mi camino y me puse a llorar (para variar).
Intentando no sé, alcanzarla para comprarle un café, ayudarla a sostenerse por que se veía cansada, ayudarla a encontrar lo que buscaba (estúpido me dije). Llore desconsoladamente regañando entre mentes a la gente que me miraba.
La loca que barre es la loca que barre, es la realidad y yo soy la realidad que cruzó una palabra y un gesto con ella pero que sin ello no seriamos nada, ni la loca que barre ni el loco que llora por una loca que barre, si no una tímida reacción de luz en busca de algo.
El loco que llora también buscaba algo....
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