domingo, 3 de enero de 2010

A Eugenia León


Hoy despertar con alguna sensación de bienestar me vino bien. El sol acariciándome la frente en la cama, las sabanas tibias de mi cuerpo adormecido y el aroma a buriti que despedía mi almohada.
Ponerme de pie tenia el propósito de apresurarme a reproducir mi nuevo disco de Eugenia cine, anoche dormí con su voz y los arreglos musicales que arruyarón mi ansiedad y mi depresión.
Está mañana sigue cantando y sigue aliviando mis confusas desesperaciones y mis ganas de pensar en lo que no vale la pena.
Eugenia desde mis once años de edad siempre se convierte en una balsa pequeñita que me guarda de las aguas de mis doloras lágrimas. En la balsa también puedo llorar pero con la nostalgia feliz de su voz y de su abrazo maternal.
Eugenia me exige que lo olvide y que no vaya a verlo. Eugenia de platica con su canto que soy yo el completo y que la plenitud la tengo que apretar yo bien fuerte a mi corazón.
Hoy Eugenia abrió mi apetito mejor que nunca, abrió mis ojos y les puso brillo para que mirara con orgullo la mañana y levantara mi rostro hacia el espejo para identificarme y conocerme.
Eugenia está mañana me hizo bailar en pijama y brincar por el pasillo de mi casa, organizando la cocina y limpiando la casa con mucho amor.
Eugenia cada año me sorprende, pero también cada instante que mis oídos la necesitan y la aman como lo hace mi corazón y mi alma.
Si a alguien he hecho daño, si alguien me ha hecho daño, Eugenia me da su mejor consejo con una canción.
No pude encontrar mejor manera de iniciar el año que con ella. Por alguna extraña coincidencia sabía que tenia que comprar su nueva producción el primer mes del 2010, a lo cual deduzco que seré feliz todo el año gracias a ella.
EUGENIA LEÓN TE AMO

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