Aquello era una falsa quietud de la cual yo conforme disfrutaba para evitar los ojos de una realidad que siempre me habían mirado feo.
Y ahora livianamente más fresco y confidente de mis palabras y mis símbolos. También se puede llamar restauración del karma. Que la recomiendo y la divulgo.
Hoy les digo sin que suene a monologo de superación personal: Que (risa estúpida pero necesaria), ya no quiero, ya no preciso de algo que ni siquiera era natural y autentico.
Respiro normal. Esto que se dibuja en mi rostro no es sólo la sonrisa que brilla desde que comienza el día. Tambíen es una brisa de mis lágrimas fugitivas.
HOY SOY YO.
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