jueves, 4 de febrero de 2010

Palabrotas

Haciendo varias cosas a la vez: en el intento de poner un poco de orden a mis libros, mis mas recientes discos y mi closet que impecable sólo yo sé que esta hecho un desastre, jugando a herirme sin hacerlo tan real en una conversación estúpida donde siempre participo yo y caigo en el misma pendejez, escuchando canciones ridículas para dejar a un lado el azote visceral e irme por algo más normalon.
Tratando de escribirle un poema... Esperando el mes de julio....
Nadie se asoma, escucho a lo lejos. Anoche la perilla de mi puerta se movía y casi me cago de miedo.. Sólo al principio, luego supe que era algo sobrenatural y demasiado hermoso como para disfrutarlo con tantas emociones. Era algo que quería un poco de mis recuerdos.
Preguntándole a mis mocos si esto es un resfrio ó sólo unas de mis alergias por las lluvias y los vientecitos frescos. Pensando en la ropa de mañana, en el café de alarma y en la mentira obligada de que me ame ese wey al que al parecer no le intereso... Planeando mi venganza.
Con muchas palabras en la cabeza intento descifrar el como haré para laxarme los recuerdo como cuando lo hice con Jesse. Como le hago, (este soy yo), a veces peor, tomando malas decisiones y soñando lo predecible a mi conveniencia... Lo cual para nada es importante, por que ahora lo que quiero es eliminar un nombre, una figura y una estela (chin me quedan casi veinte minutos).
Cielo, salvaje, gris, atmosférico.
Dame un rezo y un remedio,
algo que suene con mi eco hasta su voz,
y que su propia voz se despida de mis besos.
Cielo cerrado, no egoísta y superior.
Alza un canto triste a mis plegarias y que
la luna se haga cargo de tanto desamor.
Ahora me quedan menos de diez minutos... Pensar y analizar, creo que es el tiempo correcto por que mientras más pasen los meses más intenso se pone todo esto.
Odiarlo más y hacerle saber lo inepto e insensible que es. No, ya lo sabe de antemano. Hacerle declaraciones nunca antes hechas. No, es que no vale la pena, cuanta perdida de... Todo.
Ahí a fuera la lluvia me lo dice todo, mi tolerancia me invita a muchos lugares, mi cuerpo tiene una necesidad deliciosa y regular. Lo de siempre pero sin él y sin su atolondrara memoria.
Tal vez y un vete al diablo no estaría nada mal

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