viernes, 5 de febrero de 2010

Estúpida carta de amor I

Lo voy a intentar, sé que algo me va a detener. Hablo de no amar y si no se le puede llamar amar al menos de algo similar que provoque este esfuerzo.
He dicho varias cosas como si fueran tan fáciles de hacerlas, desprenderme de algo que marco mi vida mi regreso y mi vuelta a lo paralelo. He tenido sueños que me quieren lejos de aquí, he dicho palabras que me anclan sufridamente a una inercia innecesaria. Me quedado pendiendo de una melodía por horas queriendo hacer una pregunta en la espera de una respuesta que yo sé pero que me resulta dolorosa. Todo esto me confunde, hoy estoy encerrado entre el humo del cigarro y el whisky barato, mis penas, mi falsa desolación y mi depresión sustentada por un nombre... Por que sólo es eso un nombre.
No quiero amar, no quiero sentir, quizás todo lo que sea de él y de los demás que se vierten en algún poema de Sor Juana. No quiero nada más que esta ridícula estadía.
Silencio que están durmiendo los nardos y las azucenas. No quiero que sepan mis penas, por que si me ven llorando morirán...
He practicado la mentira sólo para no hundirme en el fango que veo cada vez más cerca, y creo que voy a decidirme por lo que suene mas contundente. Pero decidirme suena muy fuerte, como si me lamentara por algo que al final de cuentas será muy positivo para mi.
Estúpida carta de amor:
Te amo pensando en el tiempo tan voraz que transcurre y me obliga a hacer y decir cosas que no había imaginado nunca.
Te amo, si. Pero también te detesto por esta soledad tan cóncava donde mi cuerpo cabe perfecto y se arrulla con los sollozos de mi espíritu.
Te amo sabiendo tu indiferencia y tu buen olvido... Eres bueno para olvidar y para razonar. Yo no lo soy. Tu conoces destinos y besos que yo nunca he visitado. Lo siento, por mi todo esta mal, todo es un triángulo marcado entre mi pecho, mi cerebro y la ansiedad que provoca el no verte.
Te amo aún sabiendo que antes del melodía reflexiono a cerca de mi destino amoroso y sobre los paisajes de mi soledad. Te amo sabiendome viejo y menos interesante, gris e indiferente.
Te amo aunque provoques en mi una inseguridad y un miedo a quedarme solo y sin tener la auto suficiencia de ser recíproco con otro hombre por que me siento culpable con mis sentimientos.
Te amo por una intensidad que provoco la paciencia de tu voz y ahora que no la tengo me pregunto si seré capaz de soportarlo. Nada es tan cierto después de la primera vez.
Y vago fingiendo que todo está bien, y creo que deberías saberlo. Duele mucho imaginarme situaciones tan siniestras como esta locura de saberme solo y verme solo para siempre por el hecho de boicotear mis intentos y querer hasta cierto punto vengarme con los demás comportandome como tu. En verdad nesecitaba que supieras esto.
Te amo y me amo a veces menos por pedirle a lo que sea que llegues a mi ó que escribas algo que me emocione por algunos escasos diez minutos.
Te amo sólo en una pequeñisima imagen donde me a cerco para observar y detengo el tiempo para recordar que fuiste carne.
Te escribo con la seguridad de tu esfuerzo por olvidar y por mirar hacia lo blanco y lo cristalino, si haz sufrido mucho, no me interesa yo no soy quien ocupa tus dolores, al contrario, en mi pudo haber estado un deposito de amor incontrolable.
Te amo, y si la conciencia no me permite dejar de hacerlo voy a aceptar las consecuencias.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Diga Usted.