viernes, 12 de septiembre de 2014

También hay caos.

Fue justo cuando una lágrima aplastó
mi futuro y ti la misma te dio impulso
para navegar en el llanto que se me venía
hecho un río furioso de circunstancias entristecidas.

*

Ambos pudimos habernos salvado
tú de quererme y yo de abandonarte
o quizá al revés,
al final íbamos a obtener la misma respuesta
porque después de la guerra cualquier palabra
de aliento no resulta suficiente y nosotros
ya habíamos destruido el campo de batalla.

*

Y me ha dado por arrancarle lágrimas al techo
y por coleccionar miedos y fragilidades donde 
únicamente yo como protagonista pueda sumarle 
más llanto a este encierro marítimo.

*  

A tu existencia le debo la factura
de todos los dolores que me prestaste,
a la mía le debo no haber recorrido la ciudad
contigo de la mano porque te aterraba la verdad
y a mi me aterraban tus excusas.

*

Hoy es cuando mis manos insisten 
en que por mi parte nada esta resuelto
y que para acariciarme tengo que dejar
de acariciar a tu recuerdo.






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