lunes, 22 de septiembre de 2014

¿Si viene el otoño?

Yo sin saberlo me han dicho 
que viene el otoño 
y la noticia me lleva las manos al rostro 
para que nadie me vea llorar,
para no ofrecerte mis lágrimas 
sólo porque dejé de reconocerme 
entre las hojas que caerán  
de la misma manera 
en la que lo haré yo,
como hasta ahora.

Yo, quien por cerrarme la sonrisa 
me encajé tristezas en los ojos,
alimenté mis labios de desierto
enclaustré mi cuerpo 
en una respuesta
y esa respuesta duele más
que no enterarme
de que viene el otoño,
porque con él no vienes tú.

Y a mi el otoño me causaba
un desorden amoroso
gustaba de bailar entre 
las hojas y ver a los árboles
hacer metáforas para resucitar,
invitar a los pájaros a habitar,
parir lunas para los ausentes,
abrir la ventana de la noche 
para suspirar pasados.

Pero ahora ni esta estación 
ni ninguna,
declaran treguas y lo único
que tengo son estas armas
junto a una carta 
que te escribí
donde te explico 
que no hubo crimen,
que amarte sublima 
las cuatros estaciones
como cuando nos hacíamos el amor
del invierno a la primavera sin detenernos
y sin excusas porque tu cuerpo y el mío
propiciaban climas,
desnudaban astros,
construían soles,
descubrían heridas,
inventaban playas.
Y nosotros desnudos eramos verano.

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