jueves, 12 de septiembre de 2013

Reflejo

Y caminando por la calles encharcadas de recuerdos iba mintiéndole a la razón de continuar mi camino porque no quería seguir, algo hacia detenerme de repente, paso a pasito pero muy despacio y con un paraguas en la mano cubriéndome de la inestable lluvia, inestable como yo. Pensaba en ti y en tu sonrisa dibujada en mi memoria, en el libro de mis memorias en la memoria de mis adicciones. Y te fui soñando y se me fruncía el ceño y se me cerraban los ojos mientras los parpados apretados me prohibían el llanto.
  Recordé como nos miramos en vano y nos amamos en vano, un segundo cambió todo lo que habíamos soñado cuando evadí tu mirada (y probablemente tú también evadiste la tuya). Nunca he creído en los espejos y vernos reflejados en ese espectral futuro liquido me aterró y me hizo desparecer entre la gente intentando esconderme de tu mirada y del recuerdo del espejo. Seguías ya no en el espejo frente a mi tu mirada contaba los minutos para entrar por completo en la mía, yo no pude seguir y me fui y me fui yendo a un abismo siniestro de extrañarte, a un abismo cerrado de tu aroma que a penas percibí, a un abismo cubierto de los dientes que adornaban tu sonrisa, a un abismo que yo mismo había construido.
Por días enteros te busqué (parecía canción de Mecano) y sí, en el silencio alcancé a escuchar tu voz pero no me fue suficiente porque quería mas de ti, necesitaba mas de ti y necesitaba que calmaras la catástrofe que destruía mi poca elocuencia. No hubo éxito no existe el éxito en mi manía por esperar que un abrazo me caiga del cielo y me pulverice el alma, soy cobarde cuando preciso actuar ante situaciones sentimentales llenas símbolos y reflejos y caleidoscopios. Pero te mire y tu rostro encantador lo distorsionaba en sueños porque sentía como a cada parpadear te perdía, luego volvía a colocar cada uno de tus gestos en su lugar y venía a mi una paz nocturna que me llevaba a la cama y la abrazaba como si estuviera abrazándote a ti.
Comprendí que no, no es una declaración fuerte cuando caminando por las calles encharcadas por la lluvia miraba mi reflejo en el agua y me decía una y otra vez no, no te encuentro, no me encuentras y al final sólo cantaba my funny valentine con voz bajita y cerrando los ojos por un instante te vi y estoy seguro que también tú me viste.
Se nos vino encima el sueño del reflejo.

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