sábado, 8 de agosto de 2009

5 days ago ó 5 días de ausencia. Y a la fruta

30,000 islands Parry Sound ON. Canadá.
Antes de las doce de la noche intente escribir, no lo logré, no estaba en mi momento y el internet falló. Decidí dejarlo y dormir una siesta, estaba muy cansado y poco ansioso. El viaje fue extenuante y me estreso por momentos.

Mar, lagos, agua por todos lados, y a mi esas inmensidades me dan un miedo horroroso, quizá por que me llaman. Lo bueno es que tuve una compañía maravillosa, una mujer inteligente estuvo a mi lado y me permitio aprender mucho de ella, su manera de ver el mundo me cautivo al grado de querer emularla. Luego pues algunas llamadas... Unas nefastas, otras alarmantes y una encantadora... Pero esa es otra historia.

Había decidido escribir a diario mientras ``todo´´ me lo permitiera, pero el internet en el hotel era una mierda. El hotel no, la ventana de mi habitación dibujaba un lago a lado de un Walmart, algo muy bizarro, pero que importa.

Trabajo, monotonía, gente con preguntas estupidas, ancianos por doquier caminando a modo de zombies... Algo cotidiano y ordinario pero con un toque especial. No lo sé. Creo que las aguas me comierón las palabras ó estan causando un efecto en mí para después escribir una carta... Si tengo que escribir una carta a Diana.
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A la fruta.
Frutas y más frutas, todas en el suelo, sin nadie que las coma. Yo no lo haré.
Los duraznos me llaman, me encantan, su terciopelo siempre acaricia mi garganta, su olor besa mi nariz. La manzana siempre me traiciona con su sabor, le tengo miedo y mucho respeto.
A la pera por lo general la ignoro, me parece muy presumida su forma exhuberante me ofende.
Su sabor no me provoca. Las ciruelas me alientan, esas son sanadoras, su color me facina, quisiera que asi fuese mi sangre.
Ah por cierto, las naranjas me recuerdan a Pellicier...

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