Si. Hay momentos en los que no hay nada.
Sólo una espera, una pausa.
Yo respiro, me trueno los dedos, fumo, me idiotizo en el youtube. A veces nada.
Lagunas mentales, charcos de recuerdos, mares de memorias. A veces nada.
Precindo de la lengua, me quedo callado, mis silencios me aturden... Liliana Felipe me salva.
Quiero fumar de nuevo... Pero acabo de apagar el cigarrillo del pasado, lo presione contra el concreto del suelo. Los extinguí con fuerza, enojado por que se había consumido... Por que yo lo acabe demasiado rápido.
Hoy sé que no voy a dormir. La noche me llamó embustero.
No me quiere entre sus astros, ni entre sus bestias.
No me quiere con ella, no me quiere con nadie. Yo le digo señora.
Ella me ignora.
Enciendo el segundo cigarrilo. -No me importa, me acompañan, mi tabaco y mis aguas pensativas, mi ejercicio mental de tortura. Encabronadamente feliz.
Sólo yo solito me lleno de gracia como a un almohadon lo rellenan desgracias, ó
plumas de ganso ya sacrificado, solo para el bien del dolor del costado.
(((Liliana Felipe)))
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