Cuanto tiempo pasó? No sé tengo lagunas mentales y de vez en cuando pierdo la noción del tiempo. Me perdía en una noche pretendida de invierno y en los vapores calurosos de unas bocas que emanaban historias con hilos, petardos y olores de cerveza, whisky y tabaco.
Las nubes grises se cerraban y sobre mi espalda dolían, por momentos echaba la cabeza para arriba en actitud de búsqueda; una estrella, la luna, un capricho... Una canción más. Quizás quizás quizás, no con Lila por que parece cirquera mejor con la Montiel...
Momento. Sigo en esto. Escuchaba atento a quienes pronunciaban con orgullo los recuerdos y me desesperaba al preguntar por que siempre requiero de detalles minuciosos y explicaciones que luego califico de absurdas. Esa noche quería saber mas sin importar si lo iba a olvidar ó no, me quería a apretar a recuerdos ajenos a sentimientos obscenos y a lágrimas pasajeras de un tren ingrato de rumbos.
Pasaba la penumbra y los tragos, y cuando mas necesitaba de otra historia llego la mía. La de él y sin piso me perdí volando entre los brazos de quien presumo estar enamorado y de quien con sus dedos escribe una crónica muy similar a la mía. AMOR. Fuego, agua, una balanza que luego se convierte en velero con dirección de besos gracias al viento que todo lo posee.
La noche me daba miedo, me aterraban tantas palabras anidandose en mi pelo y en mi orejas intentando cobijarse en mi entendimiento. -Yo no quiero nada- Te quiero tanto-
Y nocturno avance de locuras. Pensaba luego en otras cosas, me arrepentía un poco de mi espalda dolorosa y de mi angustia provocada por mi curiosidad y mis cuestionamientos. No quiero abandonarme, -No hay nada peor que el sentimiento de abandono-. Yo me sueño a lado de unos brazos que ahora me gritan pasión y me hacen sentir como una criatura.
No quiero que la noche me traicione nunca y me duela en los espacios mínimos de las memorias del dolor que van huyendo. -Víctima-.
Mejor mil veces amar como hasta ahora el amor me concede
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