jueves, 29 de abril de 2010

Eras chola

Te iba a contar lo de siempre pero tenías los ojos inchados de tanto llorar, traías un desconsuelo que me causaba algo de gracia y me burlaba secretamente de tu debilidad. Siempre habías tenido un escudo gigante para defenderte y eras y vestías casi como una amazona. Libre, sagaz, completa, fiera dulce que ronroneaba en las piernas de sus victimas para después atacarlas. Tu decías que era la mejor técnica y que siempre tenia que ser así, de ti aprendía de los menesteres del amor y la conquista y luego anoche te vi reducida a un animalito pelón y descuidado resguardandose en su guarida. También me dio coraje pero sabía que no podía hacer nada por ti, nunca te he podido decir nada por que no me dejas hablar y desde luego no habrá excepciones. Yo te quería compartir algo de la luna llena y de andar siguiendo al hombre que amo por lugares nuevos y siniestros con su toque de aventura y protección. Decirte de eso no te hubiera provocado ninguna reacción mirabas a lo lejos desde el barandal de tu casa y tu piso de concreto fresco a algún carro que pasaba ó a algún vecino incomodo asomándose a la noche.
Y meses atrás tu me contabas la historia de una mujer que se quería comer a la luna de un bocado y que en el intento se quedo atrapada en las inclemencias de la atmósfera. Ya no recuerdo bien, pero fue un aprendizaje más, como lo fueron tus ojos llorones y tus manos inquietas removiendo tu cabello entre las diez y las once de la noche.
Cuando me despedi de ti iba a preguntarte que donde habia quedado tu filero, tus convers y tus dickies, tu boca roja, tu ceja más negra y tu delineador desafiante y bien colocado. Tu sólo me abrazabas y tomabas mi mano. Nos hemos abandonado

1 comentario:

  1. Voy a plagiar una frase que he oido por ahi: Todos ven lo que parezco, sólo algunos lo que soy.

    Me gustan mucho tus textos, me pasaré siempre que pueda.

    un abrazo

    ResponderBorrar

Diga Usted.