martes, 28 de julio de 2009

Volviendo a la realidad

Atardecer en North Bay ON


Honestamente, con el paso de los días descubrí, que escribir esta bien, alimenta mi espíritu y me ayuda a controlar mis crisis de ansiedad que me están subiendo de peso y hacen que se me caiga el cabello. Pero dentro de todo lo que intento escribir, he descubierto que tengo que dejar a un lado la obscura intensidad con destellos de bloqueo que al final terminan convirtiéndose en unas letras muy intensas y sin sentido.
Todo esto lo comento, por que justo el domingo pasado tuve un blinddate por Internet, no sé por que, quizás por que me siento solo y con la necesidad de que me amen. El hecho es que lo hice, él me invito a su casa, en buen plan, sin ninguna mala intención. Lo escuche en su voz la noche del sábado que me dio su teléfono para que le marcara y conocernos un poco más. Yo lo hice con el temor de que no le agradara mi tono de voz, siempre vivo con ese trauma... No sucedió nada.
Su voz me sedujo, era una voz tranquila, viajera, drogada, respetuosa... Comenzo a hablar y casi lo escuche por tres horas. No me molesto en lo absoluto, si no hasta el momento de la invitación del domingo, entonces fue cuando me aterre, pero como soy fácil de influenciar y malisimo para decir que No, accedí. El domingo a las seis de la tarde, luego de que le dije que estaría a las cinco (Me perdí en el centro de Toronto), llegue a un café justo debajo de su apartamento.
Le llame por teléfono para hacerle saber que estaba ahí, de inmediato bajo y subimos a su apartamento, algo chic, contemporáneo, muy visual y con un toque de glamour.
Comenzamos a platicar de todo lo que estaba sucediendo en Chihuahua, la neta que yo no quería indagar, evadía el tema, aún me parece demasiado triste y no se si vergonzoso. Supongo que él lo noto, por que luego de una pausa y de mirarnos a los ojos, me invito a fumar a la terraza, fumamos un poco y yo combinaba el tabaco para que no me pegara tan fuerte. Sabía que nada malo podría pasar por que estábamos colocados en una cierta armonía que nos hacia disfrutar el momento. Volvimos al apartamento. Hablamos luego de Puebla, de proyectos, de migración etc.
Y justo antes de la segunda ronda para fumar, me dijo que estaba harto de los drama Queen, de la gente que cree que se va a quedar sola, de los que siempre dicen que nadie los ama, de los que están llenos de complejos y de las personas que no pueden ser felices. Me dijo también que él siempre sonreía, que era muy feliz, y que notaba como la gente lo rechazaba de lo feliz que era, pero que a él no le importaba. Yo me sorprendí, de haberme conocido bien, hubiera pensado que esos comentarios los hizo exclusivamente para mi. Fuimos a la terraza, fumamos más y más, el efecto ya había pasado y nesecitabamos el aliciente para seguir conversando. Yo fumaba tabaco ligeramente nervioso. Me costaba trabajo entender lo que él intentaba expresar, en las pausas de silencio yo hacia como que analizaba lo que me decía pero no podía por que me desconcentraban sus ojos de miel, su tez tan blanca, sus boca tan perfectamente besable. No podía hacer ninguna critica, opinaba pero me sentía estúpido, y absurdo. Luego comenzó a hacerme algunas preguntas. Yo sólo decía lo que podía lo que salía de mi boca sin titubeos, tranquilo. Pero algo me detenía. Una pausa más. Suficiente para pensar si en algún momento podría enamorarse de mí.
Lo dude. Lo dudo. Por que luego empece soñar y eso no es un buen síntoma.
antes de las once de la noche le dije que tenia que irme, el subway lo cierran no sé a que hora, y aun no logro dar con los autobuses. Me pregunto que por que me iba y me emocione... No dije nada. No respondi. Sólo tome mi mochila y me encamine a la puerta, él me acompaño al café donde me encontro. La despedida fue básica, un hasta luego y mi inescesario ``Gracias´´ .
y él. -A ver si vienes el fin de semana. -Me hablas. Ya no voltee.
No quería hacer ninguna escena. Sólo me encamine a la estación del metro con el ipod a todo volumen y los nervios también, que no recuerdo ni que canción me acompaño.
Ya en el metro me dio tiempo de analizar que quizas jamás lo vuelva a ver (Drama Queen).
Que soy muy poca cosa para él (Drama Queen).
Que no debí haber ido por que conocia las consecuencias (Drama Queen).
Que no puedo ni intento ser feliz (Drama Queen).


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