miércoles, 10 de diciembre de 2014

IV- No es el invierno, eres tú.

Este invierno no lleva
cartas de amor escritas por nadie,
se ha vuelto una canción triste
repetida una vez y otra y otra
en la memoria antigua de mi alma.
Este invierno por hoy desconoce
cuerpos con besos y caricias inútiles
y me abraza pero no me protege
y me habla sobre el verano,
pero no me da esperanzas.

Mi invierno, comienza donde nacen tus manos
y se mira interminable porque ha quedado un espacio
ajeno a todo lo que fui cuando me sostenías con tus dedos.

A este invierno le echo de menos
tus excusas para no abrazarme,
tus intentos por desaparecerme
entre los vientos fríos de mi locura,
tu inquietud por saber la fecha exacta
de mi muerte;
en este invierno nadie
me ha deseado la muerte.

Este invierno no carga calendario
pero si nostalgias como las de mis ojos,
y me aprieta el corazón para alejarme de mis amantes
mientras miro a un enamorado que abraza los minutos
para besar a quien ama con el calor de quien ha sabido
aprovechar los veranos de su infancia.

Ah, pero el invierno me consuela con poesía
y me deja las manos llenas de tanto
que me acaricio a solas para conseguir 
el calor de la victoria.
Lo estoy logrando,
voy a amar hasta derretir
los laberintos helados que dejaste
y saldré de ellos para amar
hasta el invierno que viene,
para reafirmar 
que soy el fénix,
lo estoy logrando, 
siempre he sido un fénix.






    

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