jueves, 15 de diciembre de 2011

Azote regresivo

Pude haberme arrancado los ojos con las uñas, aun no las uñas son buenas armas por que carezco de ellas, pero juro que por una estela mas de furia y estrepitosamente largas y mugrosas y venenosas se me hubieran salido las uñas de la carne de mis dedos para profundizar un poco en el sitio de mis ojos. Un poco de sangre, lagrimas, agua de ese manantial podredumbre y funesto donde repetitivamente cantan los sapos canciones hondas de dolores ajenos y propios. No soy yo, no estoy en mi, este es mi fantasma que grita por que no puede arrancarse los ojos con las uñas ni tampoco puede meterse la mano al corazòn para jugar al sístole diástole apretandolo con su insaciable puño. No puedo ser yo, y mi corazòn no puede ser mi corazòn o serà mi corazòn? El que duele espectralmente como si un soplo de muertos me hundiera el pecho. A lo mejor soy polvo de ese que se arrastra y se esconde en las esquinas de las puertas y las escaleras, tratando de abrir unas o de subir otras. Pero no soy yo. Por que en los instantes de mis manecillas cerebrales me da por correr y correr a esta edad tan falsa y tan vieja, intentando renovar pasados inutiles y regresar la materia a ser materia y   ''Volver a los diecisiete'' como la canciòn, pero antes de escucharla tumbarme al suelo de risa y con mis carcajadas cavar la tumba de mi ridiculez y de mi triste sarcasmo. Yo volvi, de pronto cai en la cuenta de este insesante tic toc de mi pulso que esta acabando conmigo y que sigue acabando conmigo sin haber manera de detenerlo.

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