martes, 28 de abril de 2015

Marcharme es un intento fallido.

No me mires,
no me llames,
no llames a la puerta de mi corazón
que se ha vuelto un espejo
donde ahora tengo que mirarme sin ti
pues ya ni mis ojos cargan con tu reflejo.

-Te estás yendo poco a poco.

No busques entre tus infiernos mi fuego,
ni mis cenizas, ni la sangre seca que quedó
tendida en el suelo cuando salté a la suerte
de tu abandono.

No pienses en mí,
no me sueñes,
no atravieses el pasado
con tus penas
para venir a mí
porque ya no estoy,
ahora soy yo el que se ha ido 
luego de tantos vidrios rotos,
de tanto armarme el corazón
y desarmarlo para antojo del tuyo.

No me recuerdes,
no te fíes de mí,
no me hagas referencia 
de un amor que inventó palabras
de consuelo para evitar tu soledad,
que yo solo hablo de ti en los días
de viento para ver como también
se marcha tu nombre 
con todo 
lo que 
amo 
de ti.
 

sábado, 18 de abril de 2015

Me rindo, mi amor.

Yo estuve aquí, amor,
te sostuve en mis manos
como a un hierro ardiente.
Me rindo.

Tuve que tenerte para adorarte,
tuve que abandonarme para tenerte,
tuve que echarte de menos para sumar
melancolías de medio día,
y nunca te encontré a las tres de la tarde,
no estuviste en la parada del autobús
ni en el salón de clase,
ni en los labios de ningún bar,
tampoco en mi corazón que habitaba
todo lo que significabas y a veces
me obligaba a que no fueras nada.
Tuve que perderme en tu otoño
para irme al invierno
porque en mi cuerpo había un frío
que lastimaba al no acariciarme
y era cuando tenia que rendirme,
amor, me rindo.

Hoy tengo tu retrato y no es el mismo,
te persigue la muerte casi como a mí:
nos dan los mismos dolores,
nos golpean los mismo recuerdos,
nos seducen los mismos ardores
porque tuvimos las mismas penas
y cargamos con la sombra del desamor
hasta terminar pareciéndonos,
a eso pues, ahora le llamo querernos,
-Con algo me tengo que conformar-.
Porque si tuve tu cuerpo sobre el mío
y a besos escribí sobre él mi futuro,
al no tenerte me aprieto el cuello
a solas y lloro a escondidas,
y camino lento por si de pronto
te da la gana alcanzarme
o por si se acerca la memoria
de cuando me hacías el amor
sin que yo te lo hiciera
y se me haga agua la boca.

Pero me rindo, amor,
en verdad no puedo más,
estuve gritando tu nombre tan fuerte
que la ciudad me abofeteó sin ti
y me hizo guardar silencio
empequeñeciendo los días
en los que la soledad se parece
a tu boca besando mi boca,
a tu piel escurriendo una canción
de amor sobre mi piel,
a mi reflejo,
cuando mirándome al espejo
repito mil veces
-Me rindo-.












martes, 14 de abril de 2015

Enrique

Enrique
pondré una nota bajo tu almohada
donde dirá que mis hijos llevarán tu nombre
y nunca la leerás
ni sabrás que en tu cuerpo
al fin supe de mi cuerpo,
ni que fui yo quien te convirtió en mi patria,
mi casa, mi bandera, mi regreso a casa.
Olvidarás la fecha en que me hundí en tu silencio
y si acaso, recordarás mis labios como testimonio
de un beso que gritó alcohol y sal en los tuyos
o la vez que desabroché tu camisa para susurrarte
en el pecho que amo los lirios y los geranios.

Abriré respuestas como he abierto las cartas 
que jamás te he dado,
me diré -Su nombre es un oasis-,
y me iré haciendo un desierto inmenso
lleno de olvidos inmensos
y de vez en cuando te invocaré
pues serás lo único que no olvide.
Serás la canción herida,
mis llanto de un martes,
mi culpa cuando me ahogo
a solas en la noche de arena
y soledad.

Enrique
cien veces tu nombre en mis manos,
así me acaricio y te veo y te siento valiente 
para decirme que hoy si quieres el amor,
que si combinan las letras de mi vida con las tuyas,
que ya no contaremos los abrazos para no morirnos
cuando nos echemos de menos,
que me echas de menos
y detestas verme llorar,
que no quieres mi tristeza
sino mis pasos para andar
de la mano conmigo
dándole al destino
razones para amar.




jueves, 9 de abril de 2015

Apuntes del adiós.

Que yo no supe defenderte,
que te aterraba la noche y las estrellas
y que yo las miraba con amor,
el mismo amor con el que miro al pasado.
Que no estuve en tu pasado,
que no te incluí en mi sudor
ni en mi placer
cuando el amor
no era contigo.
que yo no fui a tu resurrección,
que no entendí que quererte
era un grito para despertarte
de las pesadillas que te mataban
porque te imaginabas solo,
que nunca supe de la soledad.
Que un día me ahogué de amor
y tú no quisiste salvarme,
que también naufragamos 
sin esperar la salada muerte.
Que mis brazos eran para abrazar fechas
y ecuaciones donde no tuviera que verte
aunque me doliera estar un minuto sin ti,
-Que aún me duelen los segundos sin ti-.
Que un día me marchité en tus brazos
y mi sed se quedó escondida entre 
tus ojos y por eso dejaste de llorar,
que yo me sequé por dentro y por fuera
cuando descubrí al amor dando vueltas
por los sitios donde nos odiamos,
que olvidé odiarte
y recordé quererte,
que hoy te quiero,
que me prefiero a mí,
que no te busco más,
que al fin me encontré.