miércoles, 4 de febrero de 2015

Un millón de horas abrazado a ti

llegas de noche,
como siempre,
con los brazos y los sueños tan abiertos
que abrazarnos pronto se convierte en verdad.

Te cuento mi día a besos
haciéndote entender
que hoy,
me hiciste tanta falta
como el primer día
en que te despediste de mi
diciéndome con tus ojos que conmigo
escribirás la historia de todas los días
que nos quepan en el alma.

Y tú me amas
así, con lo que somos,
convirtiendo las mil maneras
en que te extraño,
en un millón de horas abrazado a ti,
pidiéndome que no te suelte
porque estás a punto de abrir el cofre
de mi alma para llenarlo de la noche
que nos mira amándonos.

Nos llenamos de juramentos,
cartas y canciones
y no hacemos preguntas;
eres tú el que me toca
y cada caricia alimenta
las mías,
soy yo el que te toca
y los misterios brillan
en todos los sitios
donde somos uno.

No hay necesidad
de volver a ti,
porque siempre estoy contigo,
tienes todos mis refugios
en tu cuerpo
y solo en ti puedo hacer
de nuestro amor un nido.





 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Diga Usted.