jueves, 7 de octubre de 2010

Tanto deseo

la noche me aprieta el sueño y no quiero dormir
Sólo tenerte a mi lado con los ojos entre abiertos y
en la cobija de tu barba y en la calentura de tus rizos,
resguardarme de la lluvia de muerte indiferente.

Despacio darte una danza de besos
en la cama verde, en la sabana azul de siempre,
en la locura de sedas amarillas y terciopelo
rojo de sangre incandescente.
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Nos besamos los ojos
los labios los dejamos quietos
amo tus ojos en los mios,

creamos el lago infinito
para que el agua se revuelce
por los surcos de mi sonrisa,

Apresurado me como tu deseo
con las manos y despierto
la fiera de tu sexo,

la figura de sal se levanta
y apunta en dirección de
mis placeres.

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