domingo, 30 de agosto de 2015

Consecuencias (La puta nostalgia).

Como cuando en el amor o en el cansancio haces una promesa y el cuerpo se niega a cumplirla.
Así vivo yo: me niego a ti, me resisto a llegar a tu lado 
porque hueles a una mañana de otoño y eso me duele. 
Porque sospecho que eres como todos los hijos de puta 
que dividen corazones rotos y aman a destiempo,
porque en el amor soy una puerta sin llave ni acertijos
y cualquier pendejo (como tú) puede entrar y salir
dejando historias pequeñas para mi corazon tan grande.
Y yo jamás he medido la capacidad de amor, de amar.
Me entrego así porque sí y luego abandono todo.
-Una ausencia-, me dicen. Soy una ausencia.
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No hay flores en la casa de mi corazón,
Hay un jardín de humillaciones 
que se riega con tus ganas de tenerme
para luego tirarme a la basura
de los recuerdos de tus amantes. 
No hay besos en mi cuerpo,
hay golpes como caricias
y abrazos como puñaladas.
Mi carne es ahora una marca,
una cicatriz de ti,
soy tu mercancía,
tu trofeo inútil,
tus ganas
cuando
tienes
ganas.
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El insomnio se llama tristeza 
o tú llevas el nombre de mi noche.
No llegas (ni vendrás)
pero te imagino tan guapo
vestido del aroma que despides cuando me deseas,
una combinación de whisky
y saliva de otros hombres.
Y te imagino con tus monosílabos,
con tus caricias largas
y tus besos que dicen tanto,
que multiplicas las palabras
que me niego a decirte
para que no te marches herido
de este amor inútil.
Y prefiero besarte porque contigo la noche se me cae de las manos y la luna me escurre de los ojos, 
me apresuro porque luego me da por llorarte como si hubieras muerto
o pero aún
como si estuvieras vivo
pero no conmigo.
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A la mierda las buenas intenciones,
si también van a excluirme del amor
al menos permitan que mi cuerpo hermoso 
sea devorado por señores de oficina, 
sacerdotes y modistas, chóferes y poetas. 
Que me desee el esposo de la señora del almacén,
y que cuando en la calle me pregunten cuanto valgo
se me moje la ropa interior antes de responder con otra pregunta -¿El amor viene antes o después?-. Y que sus sonrisas se parezcan a la del chico de mis sueños el que abandoné hoy en la parada de autobús cuando pidió mi número de teléfono. Huir es otra forma de morir de amor. Me aseguraré de no volverlo a ver o por lo menos dejar la ruta que acostumbro.

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