martes, 9 de junio de 2015

Esto no es una bitácora: por si acaso eso del amor.

                                                                       Por si acaso es eso del amor.
Primer día de junio del 2015. 
Esto no es una bitácora,
pero en cada segundo de mi pulso apareces,
y eres muerte o tristeza o recuerdo, 
palabras que observo entre la niebla que dejas
y el horizonte que miro cuando te veo alejándote de mí.

Segundo día de junio del 2015.
Esto no es una bitácora,
sin embargo mi memoria se quema 
porque ya ni tu sombra se apiada para abrazarme,
es por eso que voy dejando cenizas 
en los pasos que doy y los que da tu recuerdo.

Tercer día de junio del 2015.
Esto no es una bitácora,
es sólo que mi realidad necesita saber 
que hoy desperté sobre la luna de tus sueños 
y me duele la altura como sé que dolerá la caída,
ya ha pasado, tus ilusiones son un duro suelo.

Cuarto día de junio del 2015.
Esto no es una bitácora,
es un puño cerrado que golpea de la misma manera
en que lo hace tu abandono y el mío y el del mundo,
mostramos una indiferencia absoluta ante los desastres:
el primero, quererte y no poder soltarte.

Quinto día de junio del 2015.
Esto no es una bitácora,
es una ecuación en la que no entro yo
ni la suma de las veces que te dolió el pecho 
porque me creíste un presentimiento de amor,
te entiendo, yo dejé de quererme para adorarte.

Sexto día de junio del 2015. 
Esto no es una bitácora, 
es el final mal escrito sobre mi corazón 
que se ha vuelto una triste hoja en blanco,
de pronto algún intento de amor escribe su historia,
pero mis lágrimas deshacen las letras y vuelvo a ti.

Séptimo día de junio del 2015.
Esto no es una bitácora, 
es un pedazo de libertad malograda y absurda,
un mar en el que me ahogo porque no está tu balsa, 
ni tu cariño, ni tus ojos cerrados cuando te besaba,
queda pues naufragar a solas y no en el placer de tu boca.

Octavo día de junio del 2015.
Esto no es una bitácora, 
es otro día nublado que refleja cada una de tus ausencias,
es la lluvia que no cae porque al cielo le aterra mi llanto, 
es la melancolía gritando tu nombre y callando tu regreso,
Soy yo de pie ante las ruinas, deshaciéndome de ti. Adiós.

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