viernes, 29 de agosto de 2014

Algo que ahora no soporto.

Porque descubrir una lágrima sobre
el desierto no fue suficiente.

Así estuve yo, como ejemplo
puedo decirte que no sé como 
perdí la rutina en la que tus besos
eran un aliento de llanura para 
convertirse en un pueblo en ruinas, 

ni de como tu invierno ya no era
para cobijarme si no para quemar
los jardines por los que caminaba
sembrando días y horarios para
la conveniencia de tus secretos,

para protegerte de la gente que
te apretaba las heridas y de la 
contaminación sentimental a la 
que tanto detestabas, a palabras
desenvueltas por tragedias o
amores sin ecuación.

Porque un día me dijiste que  
sólo yo lograba expresar amor 
sin la necesidad de estar despierto
y tú mismo escribiste en mi espalda 
que cuando yo abría los ojos lograbas 
desenterrar mi valentía para alimentar
mi cuerpo cuando me abandonaba 
entre pájaros que hacían recuerdo.

Y así nos llenábamos los huecos para no
tener que hablar entre sueños diurnos  
para que no hicieras de tus palabras una 
espada y yo de mi mano un escudo o un 
beso con el que te cerrara la boca.

Todo es tan claro que puedo decirte 
que yo también mentí, pues las horas
compartidas para mi eran días y semanas
y a veces, casi siempre, me dolían porque 
quería que te marcharas para poder hacer
un delirio de tu aroma y de tu ausencia.

-Algo que ahora no soporto-.

y es que
nosotros
por un 
ejemplo
o por otro 
no supimos 
llegar al 
verano,
dejamos de seguir 
rutas 
para tú quedarte
en otra estación 
y yo
para no renunciar 
al frío.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Diga Usted.