Avisame cuando la luna despliegue su potencial alumbramiento sobre la noche
y ayudame a reconocer las tijeras de una promesa.
Yo voy saliendo de casa, acostumbrado a lo de siempre,
caminar, fumar, reproducir música en mi cabeza y
luchar contra un guión que escribo en mi corazón.
Esperando la noche de la misericordia, para un
te amo para siempre y un vida mia.
En mi andar descubro mis manos frias y el recuerdo
de un te amo colapsado entre las ruinas de mi razón.
Te amo, te amo también y el amor es uno solo,
sin desvanecerme aún me traigo las notas musicales
de tus besos y tus caricias.
Arranca de mis ansias el amor del mundo.
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