miércoles, 3 de octubre de 2012

Si era Azul

Ella llevaba un vestido azul, algo tenía que significar pero yo no tenia memoria para asimilarlo ni tiempo suficiente para hacerle un cumplido. -Sólo es azul. Dije y me soprendi desde adentro sin decir nada porque recientemente decidí que mis palabras se agotaran y por lo tanto casi cualquier argumento. Y ese no era un momento para abrir mis labios, pero si mis ojos que la invitaron a sentarse y ella callada me miro imitando mi mirada. Duramos los típicos segundos sin hablar y el murmullo de la gente nos era indiferente en nuestra bóveda infinita de recuerdos. Quería decirle cuan lastimado me encontraba, alguna que otra estupidez sentimental que me sonrojara y pedirle un abrazo. No, un abrazo para que? Por qué iba yo a abrazarla en la soledad de mis desencuentros. Ningún caso. Preferí que ella me abrazara o que hablara pero tampoco lo hacía. -Te vez muy delgado. Me dijo. -Sí, creo que es por el cigarrillo. Respondí ya evadiendo su mirada.
No tenia excusas o mentiras bien diseñadas, alcohol  pastillas, cigarros, cigarrillos, mala alimentación, mala intención de mis entrañas por hacerme daño como de costumbre como antes como en aquel tiempo cuando escuchaba un vals en mi cabeza al cual sólo yo correspondía bailando con los ojos cerrados, también con un danzón y es que amo el danzón, entretiene a  mi alma y me lleva al mercado de las emociones a comprar tripas y corazones para hacerme un caldo. -Encuentros y despedidas. Me dije bien adentro porque era cierto, ella con su vestido azul era una vorágine indescifrable de marcharse para siempre y para siempre volver con una sonrisa y un vestido diferente ah! y unos tacones, solía prestarles más atención en el pasado pero mi vista sólo me regalaba momentos instantáneos y por ahora sólo eran unos tacones.
Yo como siempre entre el negro y el morado, considerándome formal para la ocación en la que mis manos iban a a decir algo aunque me las atara contra la mesa o la silla de aquél café. Silencio. A veces logro ver mi propia obscuridad y eso me duele, pero su vestido azul era un sueño interminable de gasas y encaje que por si sólo transfiguraba mi presente absolutamente distraído. 
Me hubiera gustado discutir. -Porqué hoy se te vino en gana enfundarte en un puto vestido azul? Porque?
Porque mierdas los labios tan rojos y las uñas rosa pálido? Si bien sabes que eso alimenta mi locura, mi delirio, mi depresión, mi circunstancia, el manantial de mi llanto y la sangre de mis palabras... Porque?
Ella callada, tan seria ya de pronto sostenía con sus manos de maga una taza de café y bebía lento llenándose de suspiros y de planes que nada tenían que ver conmigo, que no me incluían porque yo había decidido disolverme de su vida. Que bonito vestido azul 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Diga Usted.