sábado, 30 de junio de 2012

El siguiente tema

Gracias, a veces los besos de despedida ni siquiera son necesarios, por que pueden darte una respuesta final o el zarpazo de una garra dolorosa. Quizá decir adiós con la mano es suficiente, incluso sin contacto, sólo basta con levantar los cinco dedos mover la muñeca y bajar dedo por dedo a una velocidad que no se mal interprete.
Luego dar media vuelta y evitar a toda costa voltear hacia atrás. Me permito hacer esta recomendación por que de desobedecerse se corre el riesgo de un abrazo maduro al lado de un beso carnoso (que completamente incensario) deja peores consecuencias de las cuales uno pueda imaginarse. La opción es la ya comentada seguida por el acto de caminar con la mirada fija a un objetivo que no lastime y que no provoque sensaciones inútiles, por que de no cumplirse lo anteriormente dicho se corre el riesgo de derramar algunas lágrimas que llevarán de inmediato a correr hacia el abrazo maduro y al beso carnoso (que completamente incensario) deja la estúpida consecuencia de un corazón roto. Por que hasta el hierro tiene corazón y llora.
Si las instrucciones mantienen suficiente elocuencia, se pueden pronunciar frases como: adiós, hasta luego, 
nos vemos, hasta pronto etc etc. Aunque de ello dependa que tu vida se rompa en mil pedazos y me refiero a toda tu vida, no sólo a una parte intima de ella ni a  un fragmento. No. Toda tu vida puede depender de ese hilo frágil y absurdo.
Si bien las instrucciones resultan fuera de lugar existen opciones como la desaparición, hacerte tan invisible como te sea posible y correr algún que otro kilómetro hasta terminar por desvanecerte. Punto. 

1 comentario:

Diga Usted.