sábado, 4 de junio de 2011

P O E M A

Mi frió violento, mi desolación.
Estoy desertado de mis superficies,
me encuentro malévolo y ridículo
frente a mi vago reflejo en el espejo
con mis arrugas y mis circunstancias,
con mis rezos y mis cruces, con el
corazón árido fuera de mi pecho.

Tan volátil como absurdo, relleno de
angustias por dentro y totalmente
vacío por fuera, sólo desafiante la
hermosura de mis ojos algo espera.
El tornando, las vorágines, un huracán
impetuoso que acabe hasta con los ecos
de mi memoria, con mis malas ideas.