martes, 1 de marzo de 2011

Fracaso I

Me resigno al fracaso, ya lo he hecho antes, ya lo hice... Lo hago ahora.
El transcurrir de las horas, la furia de los minutos, el tiempo constante, esa constancia que me duele y no me deja salvarme de este manicomio de pobredumbres y desconciertos. La voy a aceptar lo voy a aceptar. Hay situaciones que no tienen remedio, hay enfermedades que no tienen cura y yo estoy muy enfermo de una desazón y una excesiva necesidad de soñar que sólo me han enfrentado con los peores golpazos de la realidad.
A consecuencia de mi entrega y mi reconocimiento al fracaso. Externo literalmente que estoy muy dolido y guardo en mi corazón rencores imposibles de borrar, fechas inútiles, recuerdos estúpidos, palabras leídas por los ojos mi alma, palabras escuchadas por los oídos de mis entrañas y la equivocada idea de muchos presentimientos.
Me aviso, tratando de luchar sin éxito que quiero ir al mar y respirar tan profundo en un acto de pedirle perdón y besarlo con una lágrima, por que un día lo lastime retandolo y hoy me arrepiento.
Me aviso también, que ya no tengo ganas de volar ni de moverme, ni de mudarme, ni de mudar de piel, ni de acariciar colores con mi cuerpo, quiero dormir en una especie de letargo inmune a cualquier situación que implique dolor.
Con una rabia desmesurada escribo aquí por que al papel lo destruiria con mi mirada.
Y no sé si he terminado