martes, 18 de enero de 2011

Sueño

Me acuerdo de la noche bella y siniestra.
Adoro mis sueños casi como adoro mis pesadillas, cuando mis demonios me revelan ese lado oscuro. La locura, el delirio, unas alas negras desplegandose sobre mi y mi cama. La tesitura del canto de la madrugada, la brisa lunar, las estrellas burlando el tiempo.
Comprendo y vivo y mientras vivo sigo soñando y mientras sueño...
Todo se lo dejo a la levedad del destino, a una minerva.
Soy feliz.

domingo, 9 de enero de 2011

Por que el pasado nos vuelve a pasar...          Anoche tuve el sueño mas extraño, era feliz y las manzanas rojisímas y maduras subian al cielo en lugar de caer maduras.                   Los árboles se abrazaban a si mismos y el viento hacia música con sus hojas.                   No habia sangre en el suelo, el otoño no dolia esperando el invierno.                              

martes, 4 de enero de 2011

Miedo rutinal

Me asustaba la idea de imaginar otros rostros mientras cerraba los ojos, en verdad era algo que me aterraba por negarme a la idea de ver mi reflejo entre la marchita oscuridad de mis adentros.
Ya no. Ahora comprendo a mis monstruos.
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No había palidecido lo suficiente, yo creí que seguía viva y su figura me causaba entre el asombro y el asco. Siempre incapaz de tocarla y con los ojos en el cielo para cuando me hablara. Quería siempre levantar los rezos y no ver sus manos llenas de uñas grises larguísimas, su cabello espeso de canas y su siniestro ceño. Su fantasma recorría la casa y se arrinconaba en cualquier sitio para hacer figuras inexplicables con las manos, luego pisaba el suelo como aplastando algún remordimiento de su pasado. Que lástima nunca lo logró, vagaba inquieta y gemía y lloraba desprecios y gemía. En tanto yo deseaba se esfumase en una bocanada de mi cigarrillo nervioso ó que se evaporara junto con el café. Un día sé fue creyéndose libre y tomo sus maletas como si el tiempo no hubiera nunca transcurrido. Llevaba un candado y una llave en el sostén y algunas de sus pertenencias mas muertas que ella misma.
Yo, ya nunca la volví a ver, de vez en cuando al momento de cerrar los ojos para dormir ó para crear una escena llega a mis penumbras. Ella haciendo de figuras con las manos en una sombra todavía mas oscura.