viernes, 24 de diciembre de 2010

Desierto negro


No hay nada que celebrar. No hay sonrisas para poner en otras sonrisas. No hay mucho que compartir.
En Chihuahua y en todo el país existen personas (entre ellos yo) que estamos lo suficientemente dolidos como para olvidar ó dejar atrás las crueldades, las impunidades, los asesinatos, el miedo, el terror, el pánico, la corrupción. Ya no sabemos si estamos hartos ó estamos cansados.
Yo estoy en un estado de stand by, sin embargo hay algo muy dentro de mi que me ayuda a no ser indiferente y levantar mi voz, mi puño y por que no hasta un rezo.
Chihuahua no tiene farsa de alguna película, no tiene comparación con otros países que han sido violentados y maltratados. La mierda en la que nos hundimos nos hace únicos.
Las lágrimas de este pueblo ya no son las mismas, aquí en el terruño ya no se tiembla de frío, se tiembla al leer una noticia, se tiembla al salir a la calle con los ojos lo suficientemente abiertos como para reconocer que ya no somos si no un río de sangre y pólvora.
Nos están matando a todos, nos están eliminando uno por uno sin saber cifras por que los del poder se niegan a dejar de mentir.
Ya son mas de cuatro años.... Pero y los feminicidios que? Muchos prefieren evadir, otros prefieren huir, algunos cuantos no pueden hacerlo.
Esta desazón agreste no me permite mirar a ningún futuro. Va a continuar? Que nos espera?
Hasta cuando seguiremos presos de esta guerra?
Quiero levantar mis manos al aire por cada ser vivo que ha caído en manos de esta impunidad.
Que el dolor no nos sea indiferente.
Hagamos hasta lo imposible por mantenernos vivos y unirnos como hermanos.